Personajes Ilustres
D. Alonso de Céspedes
Nació en 1518 en Horcajo de Santiago.
La familia vivió en Horcajo de Santiago como así lo atestigua el libro del archivo Parroquial que comenzó a escribirse en 1556. Al comienzo del libro se puede leer que fueron padrinos el capitán Alonso de Céspedes y la señora Dña. Catalina de Céspedes y Flores de Molina.
Su abuelo fue comendador de Horcajo de Santiago; fundó mayorazgo en Ciudad Real en 1533 por facultad de Carlos I, con la cláusula: «que los sucesores conservasen el apellido y armas de los Céspedes, que son: seis Céspedes o terrones verdes en campo de oro, Orlando el escudo con ocho aspas de oro sobre rojo».
Según las Relaciones topográficas de Felipe II a la respuesta de la pregunta nº 38 personas que sobresaliesen en letra o armas que hayan nacido en dicho pueblo, la respuesta es:
«En la Villa del Orcajo nasció e salió de ella un hombre que se dixo por nombre Alonso de Céspedes, el cual fue de muy grandes fuerzas, casi sobrenatural. E fue muy señalado en cosas de fuerzas, e el más valiente en armas e otras cosas que se hallaba en toda esta tierra; y después murió en la guerra del reino de Granada, estando sirviendo por Capitán».
Llegada la edad de participar en las distintas batallas, marchó a Italia acompañando a D. Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba. Fue muy valorado por sus superiores de tal manera que pronto partió hacia Alemania con el Emperador Carlos V, en la guerra contra los protestantes 1545. En el año 1547 participó en la famosa batalla Müllberg sobre río Elba, en la que los luteranos fueron vencidos por la heroicidad del Capitan Alonso de Céspedes junto a otros 9 soldados. En la toma de Manfeld, participó, protagonista por colocar en sus almenas los victoriosos estandartes.
A su vuelta a casa viajó por Ocaña a Horcajo.
En 1568 tuvo noticias de la rebelión de los moriscos de Granada y se puso a las órdenes del Rey, partiendo con 220 hombres, muchos de ellos reclutados en la visita a Horcajo y Ocaña, así como el dinero suficiente para iniciar su partida hacia las alpujarras, donde, D. Juan de Austria premio su esfuerzo y bravura. Siguió batallando hasta que en una emboscada del enemigos recibió un balazo en el pecho causándole la muerte a nuestro valeroso horcajeño, el día 25 de julio de 1569. Su cadáver lo encontraron cubierto de piedras con señales de haber sido injuriado. D. Juan de Austria ordenó se enterrase en la iglesia de Restabal, Granada.
Sobre sus valores morales, se decía de él, que odioba el vicio y nunca cayó en ninguno. Generoso, buen pagador y atento con las mujeres y niños. Son muchos los comentarios que se relatan de nuestro valeroso capitán sobre su belleza, honestidad y fuerza, que fueron alabadas por Don Lope de Vega en su tragicomedia El Valiente Céspedes, en la que nos cuenta las historias de él y las de su hermana Catalina.
Es protagonista de diferentes leyendas a cerca de sus fuerzas en las diferentes ciudades en las que este iliustre horcajeño vivió.
Familia «De Cruz»
Licenciado D. Pedro de Cruz Tribaldos.
Nació en Horcajo de Santiago el 31 de diciembre de 1566. Falleció en octubre de 1625. Vicario de Yeste, Prior de la Orden de Santiago en Uclés (1621-1624) y Capellán de S. M. D. Felipe IV. Probó limpieza de sangre en 1617 para ingresar como religioso en la Orden de Santiago.
Licenciado D. Martín de Cruz Tribaldos (hermano de D. Pedro de Cruz).
Nació en Horcajo de Santiago en 1569 y falleció el 31 de mayo de 1633 en Villamayor de Santiago. Cura párroco de la Villa de Horcajo desde el 5 de enero de 1623 hasta su muerte.
Dentro del periodo como párroco se da el cambio de advocación de la parroquia de Sra. de Gracia a Concepción de Nuestra Señora. Se asientan las partidas de defunción, y funda cuatro capellanías. Se inicia la construcción de la capilla del mismo nombre en la Iglesia Parroquial el 17 de agosto de 1630 en Villamayor ante el prior del convento y priorato de Uclés D. Jorge de Orea Tineo (natural de Horcajo de Santiago siendo prior desde 1628 a 1631) donde se estipula el precio del terreno en 300 ducados. La capilla se construye en el lado de la epístola con unas medidas de grandor de veinte pies de hueco de ancho y otros veinticuatro pies de hueco de largo con puerta de ocho pies o más y arco en la forma y arquitectura que les pareciere y que ha de correr desde el altar del señor San Bartolomé al colateral, en precio de doscientos ducados pagado el día del remate y recibida dicha postura.
Encontrándose enfermo en Villamayor, testa y dispone ser enterrado en la iglesia de Horcajo, en la capilla que tiene encomendada, fundar las cuatro capellanías mentadas, repartir sus múltiples bienes, repartidos entre las localidades de Villamayor y Horcajo, entre sobrinos y primos que solo en ducados suman 4.809, 76 fanegas de trigo, viñas, olivares, parrales, varios alcáceres (cebada verde que se siembra en otoño), una era de trillar y su casa que linda con el hospital y cementerio de la iglesia; trasladar los restos de su hermano a la capilla de su propiedad entre otras disposiciones. Todo esto en Villamayor a cinco de noviembre de 1632. La fecha de esta fundación data del 5 de noviembre de 1632.
Abate Lorenzo Hervás y Panduro
D. Lorenzo Hervás y Panduro, nació en Horcajo de Santiago el día 10 de Mayo de 1735; hijo legítimo de Juan García Hervás y de Inés Panduro. Desde niño manifestó un gran talento, lo cual justificó la decisión de ingresar en la Compañía de Jesús, pues su familia carecía de cualquier medio económico capaz de proporcionarle otro tipo de estudios; también allí podía dar salida a su espíritu humanista, curiosidad científica y erudita.
Ingresó en el Colegio de Villarejo de Fuentes (Cuenca), después marcharía al noviciado de la Compañía en Madrid, donde tomó la librea de San Ignacio de Loyola el veintinueve de septiembre de 1749, con sólo catorce años de edad.
Pasó luego Hervás a la Universidad de Alcalá de Henares estudió teología, filosofía, cánones, artes, latín, griego, hebreo. También probablemente estudió derecho, pues lo explicaría posteriormente, sobresalió como Jurista en Cesena y Roma.
En 1759 lo encontramos estudiando matemáticas y astronomía en Madrid, simultaneando esto con el estudio de la medicina. En 1760 se ordenó como sacerdote, pero apenas cantó misa siguiendo la costumbre de la Compañía, misionó por la provincia de Cuenca, organizando a su paso por Uclés, la biblioteca y el archivo.
Muy joven comenzó su actividad como educador. En 1762 y 1763 se trasladó a Cáceres donde enseñó Latín; puso en verso castellano las reglas de Nebrija sobre los géneros, pretéritos y supinos.
La guerra contra Inglaterra implicó consecuentemente a su aliada Portugal. Hervás, mientras asistía a las tropas en el Hospital militar de Cáceres, enfermó gravemente, por lo que fue enviado al colegio de Huete, donde enseñó teología moral. Al no reponerse, pasó (años 1765-1766) al seminario de Nobles de Madrid, donde enseñó metafísica y geografía, simultaneando la educación de los primogénitos del duque de Montemar, marqués del Águila y otros varios, al tener noticia de sus nuevos métodos educativos.
A finales de diciembre de 1766 pasa a explicar filosofía en el Colegio de la Anunciata de Murcia, donde le sorprendió el decreto de expulsión de Carlos III, el dos de abril de 1767, por el cual se expulsaba de España y sus dominios a la Compañía de Jesús. Tenía Hervás treinta y dos años cuando embarcó en Cartagena rumbo a Italia.
Se estableció en Forlì, donde vivió hasta 1773 con otros jesuitas de la provincia eclesiástica jesuita de Toledo, entregado a la investigación y el estudio de las matemáticas, la astronomía, las ciencias naturales y la lingüística. El contacto con jesuitas de todo el mundo le facilitó compilar informaciones sobre todo tipo de lenguas. Paso luego a Cesena, donde el marqués de Ghini le ofreció hospitalidad como preceptor de sus hijos. Allí emprendió su obra maestra, la enciclopedia “Idea del Universo”, dividida en once tomos repartidos en 21 volúmenes. Aunque escrita en italiano, él mismo la tradujo al español y la imprimió en España.
Tras once años pasó a Roma para consultar la bibliografía de la Biblioteca Vaticana. En Roma entra en contacto con la escuela de sordomudos de Tommaso Silvestri y Camilo Mariani quienes explicaban el método educativo que el Abate L´Epee puso en práctica en el Instituto Nacional de Sordomudos de París, y aprendió sus métodos, que más tarde divulgaría en español. Es nombrado teólogo asesor del cardenal Albani en 1798 y canonista del cardenal Reverella.
En 1798 se concede por el decreto de Carlos IV, autorización para regresar a España a los jesuitas desterrados. Residió algún tiempo en Barcelona; allí colabora con Juan Albert Martí en la fundación y establecimiento de la escuela municipal de sordomudos (1800); aprovecha también para investigar en el archivo de la corona de Aragón y en el archivo de la orden de Santiago en Uclés, como resultado de lo cual imprimió una descripción del archivo de la Corona de Aragón. Visitó las cercanas ruinas de Cabeza del Griego que, en medio de gran polémica, identificó con la antigua Segóbriga de los romanos.
A finales de junio de 1799, llegó a Horcajo, su pueblo natal donde permaneció 20 meses, donde la enfermedad y la imposibilidad de investigación, iban minando su espíritu activo y humanitario; sólo la biblioteca de Uclés, saciaba sus ganas de estudio.
Desde junio al mes de agosto de 1800 permaneció en Cuenca, invitado de ex profeso por el obispo Palafox, quien le comisionó para arreglar la biblioteca del Seminario y reformar el plan de estudios. Reconoció el archivo Catedralicio y Municipal. Volvió de nuevo en el otoño al retiro de Horcajo, porque el regidor de Cuenca envió al ministro Urquijo una carta en la que se mostraba inquieto por la estancia de Hervás en la ciudad.
El 15 de marzo de 1801 el decreto fue revocado y volvió a ser desterrado a Italia. En 1802, fijó su residencia en Roma, y allí el papa Pío VII lo nombró en 1804 prefecto de la biblioteca del palacio del Quirinal.
La difícil situación económica a partir de 1806, y la enfermedad, fueron minando su espíritu activo, cayendo en cama hasta su muerte, el día 24 de agosto de 1809, a los 74 años de edad, en el colegio Romano. Siendo sepultado en la iglesia de Jesús.
Innumerables son las obras que publica Hervás, más de 130 obras publicadas y manuscritas, dejó datos sobre más de 300 lenguas, en sus libros aparecen citados centenares de autores.
El padre Portillo, su biógrafo, clasifica sus escritos en: enciclopédicos, teológicos, matemáticos, médicos, geográficos, históricos, lingüísticos y sueltos.
Su obra fundamental es una especie de enciclopedia escrita en italiano, «La idea dell´Universo», (Cesena, 1778-1792). La obra se divide en once tomos repartidos en 21 volúmenes y tres partes: «Historia de la vida del hombre», «Elementos cosmográficos», y sobre todo, «Lengua». Esta última parte fue la que más fama le dio: Contiene un compendio o catálogo de muy diversas lenguas. La cual redactó después en castellano, su «Catálogo de las Lenguas» (1800-1805), al que añadió nuevos datos.
En 1789 comenzó una edición española mejor estructurada de su enciclopedia (sus obras escritas en castellano no fueron simples traducciones de las publicadas en italiano, sino obras nuevas, algunas de ellas sobre la base de las anteriores pero notablemente mejoradas y ampliadas con nuevos capítulos). Dividió la enciclopedia en cuatro obras independientes: «Historia de la vida del hombre», «Viaje estático al mundo planetario», «El hombre físico» y «Catálogo de las lenguas». Se interesó también en el lenguaje de los sordomudos, y con tal fin escribió una Escuela española de sordomudos o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español y un «catecismo de doctrina cristiana» para instrucción de los mismos.
Preocupado por la revolución francesa, expuso sus propias opiniones en el ensayo «Causas de la revolución de Francia en el año 1789». Completan su obra la «Descripción del archivo de la corona de Aragón», «La primitiva población de América» y explicación de insignes pinturas mejicanas y el valiosísimo catálogo de manuscritos españoles y portugueses en Roma.
Fue Lorenzo Hervás también un humanista preocupado por los aspectos sociales de su época; a los sordomudos compuso un catecismo y otro para las escuelas de Horcajo de Santiago. El recuerdo de su niñez y lo que contemplará en Horcajo al volver del exilio le hizo expresar la conveniencia de que a los niños se les debería estimular con una paga semanal, para que el ganarse la vida no fuera un obstáculo para acudir a la escuela. Para la mujer, propuso una mayor educación en lo moral y civil, así como en lo científico, valiente afirmación, en una época en que el acceso a la educación estaba prácticamente vetado a las mujeres, En general, propugnó también una más equitativa distribución de la riqueza y más justa proporcionalidad de los salarios a fin de conseguir un mayor bienestar de los trabajadores.
Filósofo, teólogo, matemático, historiador, geógrafo, fisiólogo, antropólogo, apologista y polemista, eruditísimo en toda clase de conocimientos, Hervás y Panduro fue, sin duda, uno de los hombres más sabios del s. XVIII. Pero su gloria principal es haber sido padre de la moderna filología comparada.
D. Juan Cristóbal Manzanares
Don Juan Cristóbal Manzanares cura propio de Horcajo Priorato de Santiago de Uclés desde 1772 hasta 1781. Inventó una máquina que unida a la trilla común, facilita el trillar la mies en agosto de 1775. Presentó delante de S. M. Carlos III y señores de su Real Consejo de Castilla en agosto de 1776, periodo en el que se desarrolla la Ilustración española. El 6 de febrero de 1777 se concede Real Cédula de Privilegio para construir la máquina y venderla con privilegio exclusivo durante 10 años pero renuncia a estos derechos para el aprovechamiento del pueblo. Junto a Hervás y Panduro, formaron parte de la Ilustración española.
Ángel González Palencia
Ángel González Palencia fue un importante arabista y crítico literario, nació en Horcajo de Santiago (Cuenca), el 4 de septiembre de 1889. Era hijo de Venancio González Cabello, de Torrejoncillo del Rey y de profesión guardia civil y de Cristina Palencia Roldán, natural de Cuenca.
Su nacimiento tuvo lugar en la casa cuartel de Horcajo, que estaba situada en la calle que actualmente tiene su nombre, junto a la plaza de España de la localidad.
Con apenas dos años de edad, su familia y él se trasladaron a Beteta (Cuenca), en la sierra de Priego, debido a unas fiebres tercianas que padeció su madre. Allí se inició en las primeras letras. A la edad de 9 años ingresó en el Colegio de San Miguel de las Victorias de Priego y dos años más tarde se trasladó al Convento de San Pablo de Cuenca. Después estudió el grado de Bachillerato en el Instituto Conquense de Segunda Enseñanza, obteniendo el título de bachiller en Artes el 30 de septiembre de 1908. Tras obtener el título de bachillerato, su padre fallece y se traslada a Madrid con su madre y su hermana Inocenta González Palencia, con la que colaboró posteriormente en alguna publicación.
Una vez instalado en la capital, inicia los estudios en la facultad de Filosofía y Letras de la universidad Central y obtiene el título de Licenciado en Filosofía y Letras el 12 de diciembre de 1910 con la calificación de Sobresaliente.
Al año siguiente ingresó, por oposición, en el cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Primero trabajó en el archivo de Hacienda de Toledo, y después en el archivo Histórico Nacional.
En 1914 recibió una beca para estudiar en la capital marroquí de Rabat. Desde 1916 fue profesor auxiliar en la facultad de Filosofía y Letras de la universidad de Madrid, y en 1927 obtuvo, por oposición, la cátedra de Literatura Arábigo-Española con sobresaliente y Premio Extraordinario.
Fue elegido académico de número de la Real Academia de la Historia en 1930. En 1934 enseñó literatura española en cursos de verano de diferentes Universidades de Estados Unidos, tales como Stanford, Harvard o Columbia. Y también ingresó en la Real Academia Española en 1940, ocupando la silla K mayúscula.
También era correspondiente de las academias de Buenas Letras de Sevilla y Barcelona; de la de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba; de la de Ciencias Históricas de Toledo; de la de Ciencias Históricas y Sociales de Valladolid; de la de Bellas Artes de Zaragoza; además de miembro correspondiente de The Hispanic Society of America y miembro honorario de la Sigma Delta Pi de Estados Unidos. Perteneció a la directiva de la Real Sociedad Geográfica Nacional; fue decano del colegio Oficial de Doctores y Licenciados; subdirector de la escuela de estudios Árabes de Madrid desde 1932 y director de la misma desde 1944.
En 1939 es nombrado Concejal del Ayuntamiento de Madrid, formando parte de la Comisión de Gobierno Interior y Personal y de la de Cultura, y cesó en el cargo en 1946.
Colaboró en periódicos muy importantes, pero destacaron sus actividades en publicaciones doctrinales como la revista de archivos, bibliotecas y museos, Al-Andalus, el boletín de la Real Academia Española y el de la Historia y la revista de la biblioteca, archivo y museo del Ayuntamiento de Madrid, de la que era director honorario, y en otras varias.
Fue el fundador de nuestra biblioteca municipal González Palencia, inaugurándola el 7 de noviembre de 1948 y el 14 de noviembre del mismo año fue condecorado con la Medalla de Oro de Horcajo de Santiago.
Finalmente falleció a los 60 años en un accidente de automóvil el 30 de octubre de 1949, en la localidad conquense de Olivares del Júcar.
Entre sus numerosas publicaciones podemos destacar las siguientes:
• Rectificación de la mente. Tratado de Lógica por Abusalt de Denia.
• Índice de la España Sagrada.
• Historia de la España musulmana.
• Historia de la literatura arábigo-española.
• Los mozárabes de Toledo en los siglos XII y XIII.
• Influencia de la civilización árabe. Discursos leídos ante la Academia de la Historia, en la recepción pública de Don Ángel González Palencia, el día 31 de mayo de 1931.
• El Islam y Occidente.
• Edición y traducción de El catálogo de las ciencias.
• Edición y traducción de El filósofo autodidacto.
• Estudio histórico sobre la censura gubernativa en España: 1800-1833.
• «The flame of Hispanicism».
• La primera guía de la España imperial.
• Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública del señor don Ángel González Palencia, el día 30 de junio de 1940.
• El arzobispo Don Raimundo de Toledo y la escuela de traductores.
• «Necrología de D. Miguel Asín Palacios».
• Fuentes para la historia de Cuenca y su provincia.
• Edición de Menor daño de la medicina.
• Edición y traducción de Disciplina Clericalis.
• Discurso el día 7 de noviembre de 1948 con motivo de la inauguración de la biblioteca pública municipal que lleva su nombre.
• Eruditos y libreros del siglo XVIII.